“Soñador,
innovador y recursivo. Extrae del entorno alguna posibilidad para crear algo”.
Así describe Juliana a su papá, Carlos Vallejo, el hombre que hace 28 años
abandonó su natal Bogotá para radicarse
en Santa Marta, la ciudad que lo ha visto crecer como artista.
Y es
que sorprende la versatilidad de Vallejo y el ingenio que desprende, el mismo que
plasma en cada una de sus obras o proyectos.