Por Keylen Esquirol, Karina Castro y Farina Fernández
Las deudas más altas se enfocan en bienes de consumo
durable, el principal de estos es la deuda de vivienda, la cual consume gran
parte de los ingresos de los ciudadanos, le siguen los créditos para la compra
de vehículos, muebles y en el manejo de tarjetas de crédito.
Santa
Marta, por sus características empresariales y geográficas, es una ciudad que
tiene fuentes de empleo importantes, como las multinacionales, las actividades
generadas por el puerto marítimo, actividades económicas propias como el
cultivo del banano, el turismo, entre otras, es decir, el poder adquisitivo de sus habitantes, en
general, ha alcanzado un valor significativo.
Sin embargo, los habitantes de la capital magdalenense tienden a gastar
más dinero del que suelen recibir, y
ahorrar es una posibilidad que muy pocos tienen la oportunidad de efectuar.
Un
estudio de la Universidad de los Andes del 2008 reveló que por diversas
circunstancias, sobre todo de carácter económico pero también cultural, buena
parte de los colombianos, el 70 por ciento de su población, no puede o no tiene
la capacidad de ahorrar. "El ahorro está concentrado en los más ricos y en
los mayores de 45 años". Según el estudio que se dio a conocer por el Decano
de Economía, en ese entonces de la mencionada Universidad, Juan Carlos
Echeverry, hasta los treinta años los jóvenes no ahorran y bien por el
contrario tienen una tendencia al endeudamiento.
Rafael Salazar Velásquez |
En
la ciudad se ha segmentado la población con capacidad de endeudamiento en tres
clases: empleado común, comerciante y familias. El empleado es un segmento de
mercado que se endeuda para la compra de
vehículos y en el manejo de tarjetas de
crédito. El comerciante se endeuda para
invertir en su negocio o compra de vivienda y
las familias, por otro lado, se endeudan para compra de bienes y
servicios propios del hogar como
electrodomésticos y muebles.
“El
empleado común es una persona que
constantemente está accediendo a los servicios, este grupo es aproximadamente
el 70 por ciento de la población total que más solicitan créditos. Nos resulta
una población atractiva, pues, por lo
general, cuentan con buenos salarios y empleos estables y constantes. Para créditos hipotecarios o de vivienda se
habla más o menos de 90 millones de pesos, para asuntos comerciales las cifras
oscilan entre 40 y 80 millones, créditos de hogar están por 3 millones y para créditos de consumo están entre 1 y 15
millones”, explica Rafael Salazar Velásquez, Director de Oficina de la
Cooperativa de Ahorro y Crédito Pio Xll.
José Sierra |
José
Sierra de Aguas, subgerente del Banco BBVA de la ciudad, precisa: “Los clientes
suelen pedir créditos hipotecarios o de vivienda, de consumo para libre
destinación, préstamos para fin determinado como préstamo de vehículos,
tarjetas de crédito con cupo aprobado para su uso. En el caso de créditos
hipotecarios, el banco le presta hasta el 70 por ciento del valor comercial y el valor de la
cuota no puede superar el 30 por ciento; la tasa de interés dependerá de lo que
apruebe la Superintendencia Financiera”.
“Lo
que más se está moviendo en este momento es la compra de cartera, es decir,
clientes que ya tienen deudas con otras entidades financieras y se dirigen a
nuestra cooperativa para mejorar su flujo de caja con una menor tasa de interés. También son muy
frecuentes otras líneas que son créditos de consumo, tarjetas de crédito y de
libre inversión”, precisa Moisés Barras Peña, Director de Oficina del banco
Davivienda.
Yasmín
Conde Trujillo, Ejecutivo Banca Personas de Bancolombia, asegura que en su
oficina se presta más para la libre inversión, lo que quiere decir que son
cantidades de dinero solicitadas sin un fin específico, y el porcentaje de préstamos que se maneja está alrededor de
los 10 millones de pesos.
Tanto
en las ciudades costeras (Barranquilla,
Cartagena, Santa Marta), como en las ciudades centrales (Bogotá, Medellín,
Cali), y demás territorios del país; existe un sobre endeudamiento de la
población, debido a que acceder a un crédito resulta sencillo y resulta económico
al principio.
Zeudy
Castañeda, Economista Especialista en Finanzas de la Universidad del Magdalena
y prestamista independiente, asegura que
a los samarios en general les gusta realizar préstamos para beneficio
propio ya sea un viaje, una fiesta o el pago de una gran deuda que se haya
adquirido. El incremento de préstamos se ven los meses de Enero y Marzo por la
época de los Carnavales, Abril por Semana Santa, Junio y Agosto por las vacaciones
de mitad de año, Noviembre y Diciembre por las fiestas navideñas y de fin de
año.
Luis Alberto Escalante |
Así
mismo opina Luis Alberto Escalante, Gerente de la Cooperativa Prestamista Buen
Futuro y Representante de la Cooperativa
Distrinversiones. “A gran parte de la población le gusta prestar en algunos casos para gastos
personales más que cancelar otra responsabilidad económica importante; al samario
le gusta endeudarse para auto complacerse en caprichos o gustos que se
encuentren a la moda como celulares, ropa, motocicletas entre otros”, afirma.
Betty Segrera |
Betty
Segrera Cruz es una de las miles de personas usuarias de entidades bancarias
que poseen deudas considerables, pagar sus tarjetas de crédito la
incentivan día a día en su jornada
laboral. “Los préstamos que hago los utilizo para el estudio de mis tres hijos,
para mi negocio, pues soy comerciante. A veces hago compras con tarjetas de crédito
y como las tasas de estas tarjetas son costosas, me veo en la necesidad de
hacer créditos de consumo para poder pagarlas. Actualmente, tengo una deuda de
40 millones de pesos. Tengo conocidos que recurren a los ‘paga diario’ y terminan
pagando intereses altísimos”, asegura.
El
problema de la condición en que se encuentra la compra y la demanda de crédito,
sumado a las características de tasas de interés bajas como las que plantea en
la actualidad el Banco de la República, para incentivar el consumo, han generado
un proceso de endeudamiento.
Años
atrás existían tasas de interés de 2,4 por ciento, hoy en día, para créditos de
consumo y otras líneas, se tienen créditos de 1,5 por ciento de interés, en el
caso de los créditos para vivienda se maneja una tasa que se encuentra por debajo del 1 por ciento con
plazos hasta de 15 o 18 meses. Todo está proyectado para que la población
colombiana, y más específicamente samaria, este endeudada.
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