La crisis fronteriza entre los
países vecinos se ha convertido en una pesadilla para los afectados.
Por Olga Ortiz Barón y Sharit Romero
El
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se le ocurrió empezar una
operación de “limpieza” contra los colombianos, ya que hoy en día, para él y
para muchos venezolanos, ser colombiano inmigrante en el país vecino, es ser
narcotraficante, contrabandista o paramilitar. Y todo, después de que tres
militares venezolanos y un civil resultaran heridos en un ataque llevado a cabo
por personas desconocidas.
Todo
inició con un cierre durante 72 horas de uno de los pasos fronterizos con
Colombia, y, con el tiempo, las
limitaciones que le puso Nicolás Maduro a los colombianos que habitaban su
país, se hicieron aún más severas. Tanto así que los han deportado como si
fueran delincuentes, sin importar las circunstancias en las que los han hecho
abandonar el territorio venezolano.
Fotografías
que han sido expuestas por los diferentes medios han dejado plasmado el ánimo
agresivo con el que ha actuado el gobierno del país vecino. Niños desolados,
sin comer, ni dónde dormir durante varios días; familias separadas
involuntariamente; sin duda alguna, personas inocentes en una situación precaria
e inhumana.
No
hay derecho que el Gobierno de un país hermano se ensañe contra los más
desprotegidos; destruyéndoles sus vidas, arrancándolos de sus humildes
viviendas, desintegrándoles su familia. Cometiendo actos de absoluto
totalitarismo, como en la época de Hitler, al marcar con las letras R
(revisada) y D (demoler) las casas donde habitaban los colombianos, dejando
estas últimas derribadas con una violencia impensable.
Colombia
y Venezuela son dos realidades políticas que se presentan como distintas y a
veces antagónicas, pero la realidad no se puede ocultar, son países que también
se necesitan. Ambas se benefician de la circulación de capitales, bienes y
servicios. Y juntas pueden enfrentar en mejores condiciones la globalización
mundial. El aislamiento y la exclusión del otro es un imposible histórico.
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