Por Ricardo González
En diciembre del 2010, la noticia de que un joven tunecino
de 26 años se había inmolado por los problemas económicos empezó, quizás, uno
de los fenómenos actuales más sorprendentes que ha visto en el siglo XXI: la
primavera árabe. Donde millones de jóvenes de medio oriente, estudiantes en su
mayoría convocados por las redes sociales con el mero llamado de la conciencia
social de su país, dando como resultados cambios en las políticas de algunos
países árabes, es la hora y aún se lucha.
Venezuela, actualmente, tiene protestas por todo el país,
donde multitudes masivas de estudiantes han salido a las calles para protestar
contra Nicolás Maduro, lo que ha desencadenado, como era de esperarse del
gobierno venezolano, una ola de represión que lleva el saldo de tres muertos y
69 heridos.
Nicolás Maduro, en su discurso poco coherente como el
socialismo del siglo XXI, demostró tener una actitud muy bélica hacia las
protestas, hace pensar lo peor, pues, según los ciudadanos, no solamente la
fuerza pública está abusando de la autoridad, sino que también muchos civiles
armados arremeten contra los protestantes, lo que da a entender básicamente que
las hordas chavistas están armadas.
El problema de Venezuela no es la lucha de la oposición
contra el gobierno; también contra los propios compatriotas chavistas, que en
algunos casos, para no mencionar todos, ellos son bastante extremistas en el
sentido político, y mas en una situación como esta, donde los eternos delirios
de persecución de los gobiernos socialistas se exponen a flor de piel, y
cualquier cosa puede : un golpe de estado comandando por el imperio americano,
y como no, el líder de la oposición más numerosa, Enrique Capriles.
Sin embargo, una marcha estudiantil del grosor y resistencia
como la de Venezuela no es fácil de encontrar en este continente , pues el
espíritu de lucha bajo las protestas no funciona mucho en este sistema; sin
embargo, es de admirar como las juventudes venezolanas han logrado seguir, al
dia de hoy hay un saldo de más de cien personas encarceladas y todo por tipo de
denuncias que podrían en evidencia el mal momento en el que se puede avecinar
Venezuela en pro a un cambio que se ha buscado desde las urnas, siempre
corruptas.
La esperanza de que aquí se empiece a desarrollar una
primavera árabe con pocas, pues hay que reunir una consciencia social bastante
amplia a nivel de sociedad para sistematizarse e indignarse: sin embargo,
Venezuela va por buen camino; por eso , tanta represión y sangre, para un fin
común: democracia. El gobierno está interesado en que ningún tipo de medio para
demostrar la
Lo único que resta es esperar como los jóvenes afrontar los
fantasmas del pasado que aun siguen azotando a Venezuela en su gobierno, la
iniciativa de un cambio y salir a las calles a luchar es un inicio, y que sean
estudiantes la fuerza de estas marchas es una buena noticia, púes son el futuro
de este país que algún día, con suerte y ganas no gobernará una de las hijas de
Chávez o algún ex busetero.
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