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sábado, 5 de septiembre de 2015

Doble moral del procurador

Por Adrie Bueno Atencio

La doble moral manejada por el actual Procurador General de la Nación, nos deja mucho qué pensar sobre las personas que tienen altos cargos públicos porque los nombraron, como en este caso, y los elegimos y que nos gobiernan en los más altos mandos que tiene cada una de la ramas que comprende un país como Colombia. ¿Qué nos espera a nosotros como ciudadanos, que alguien como el señor Ordoñez sea nuestro procurador? es una persona que siempre busca el beneficio de su ideología política atentando contra las demás personas, no merece ocupar un cargo tan importante entre los colombianos.

Dicho señor ha tenido diversas controversias por su política e ideología, como lo han sido la quema de libros en Bucaramanga y Sociedad Lefebvrista, en donde se le acusa de participar, junto a la Hermandad San pío X, de la cual hace parte, en una quema colectiva de libros y revistas; dándose el hecho en frente de la Biblioteca Pública Gabriel Turbay de la ciudad de Bucaramanga.


Además, en su condición de Procurador General de la Nación, empieza a señalar cada vez que tiene la oportunidad sus dudas con respecto al proceso de paz y de lo que se puede estar pactando en dichas conversaciones, comenta que ‘’ los guerrilleros han cometido delitos de lesa humanidad y que están condenados o procesados por distintas Cortes internacionales y no pueden participar en elecciones democráticas en el país’’, lo que, sin duda, hace eco en toda la nación.

Actualmente, Alejandro Ordoñez que es quien hoy ocupa el cargo más alto en la procuraduría está siendo cuestionado por solicitarle al tribunal que contemple la posibilidad de incluir en el manual de convivencia de los colegios la prohibición de las expresiones de afecto públicas por parte de los estudiantes, ¡óigase bien!, prohibir que los estudiantes sostengan algún tipo de afecto con otro, entonces, ¿dónde queda la libertad de expresión de la que tanto habla la constitución nacional?, aquí no se ve.


En fin, este es un ejemplo claro de doble moral en el país y, sobre todo, que una persona de esta calaña esté entre los altos cargos que están a disposición de los políticos en Colombia, y, sin duda alguna, tiene muy poco qué ofrecer para beneficios del desarrollo de un país que necesita un cambio en su estructura, pero sin intensiones influidas por un partido político o inclinación religiosa.

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