Por Paula Crosthwaite.
Un país es una casa grande
donde viven muchas personas, diferentes tanto en color, raza y cultura pero que
a todas, de una manera u otra, se han cultivado una diferencia entre
la ética y la moral y les han enseñado la mejor manera de poderla mostrar y
aplicar dentro de cada parámetro o rol donde se vaya a desempeñar y, de esa manera, poder tener una mejor respetar a los
demás.
A pesar de ser la moral y la
ética lo más recalcado dentro de la casa,
y dado por muchos años en los colegios y universidades, a muchas personas se les olvida qué
tan importante es en la sociedad y ¿por qué? la misma sociedad exige la
aplicación de la mismas el caso de Juan Manuel Santos,que,dentro
de la sociedad es el padre
que nos enseña qué está mal y qué no, pero que, debido
a su doble moral, aplica pero
no predica, Santos busca una paz que ni él mismo aplica.
La política es esa manzana
podrida que siempre daña el resto de las manzanas y dificulta el consumo de las
mismas. En el sistema y la estructura de la sociedad colombiana, que aun cuando
el país sin ella no puede funcionar, parece de madera y el comején (la
política) la van dañando y la van destruyendo y colapsa de manera que toca irla
mejorando poco a poco, pero que nunca será de la misma manera.
Pero como en toda familia y
organización siempre existe ese grupo de personas que,sin lugar a duda y sin remordimiento
alguno, desarrollan actitudes que afectan a las demás personas, es aquí el
punto donde la política es igual a la familia; que por más que los políticos
tengan como objetivo velar por el orden del país y hacer regir una constitución
que vela por el bien de la sociedad y de su organización.
Para nadie es un secreto que
nuestros gobernantes llegaron a sus puestos con la intensión de ayudar al país
y de mejorarlo poco a poco, pero que gracias
a su ambición y una jeringa de veneno como ese que fue inyectado a la manzana
de Blanca Nieves, dañaron esos
sueños de crear un país
mejor y con mejores relaciones y el cumplimiento de los derechos de los
ciudadanos colombianos.
Es aquí donde me cuestiono y
le pregunto al país, ¿cuál es esa moral que fue infundada por sus hogares y
hasta dónde están dispuestos a prestar su moral y ética para los robos del país
y permitirle al estado cambiar sus valores y usarnos como pilares para llegar a
sus objetivos?
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