Buscar en este blog

sábado, 26 de octubre de 2013

El desastre del gobierno Santos: Un tsunami que suma olas de mandatos anteriores

En medio de todo el desastre del paro agrario, el servicio de salud, el desempleo, los violentos disturbios, y el descuido del que ha sido víctima el sector agropecuario, los campesinos, y, por supuesto, el pueblo en general, aparece una figura mucho más desesperanzadora: un presidente Santos, al que solo se le ocurre cumplir sus responsabilidades, alegando: “Ese tal paro no existe”.

El paro agrario fue el símbolo, la cresta de la ola, que materializa la ineficiencia, no solo del mandato de Juan Manuel Santos, sino, también, los 8 años anteriores, llenos de leyes que han venido perjudicando y degradando el sector salud, la constitución política del país, el sistema de pensiones, la tasa del IVA, el empleo, las relaciones internacionales, así como, un gobierno en el que desaparecieron alrededor de 30,000 ciudadanos, y se firmaron TLCs, que hoy son, en gran parte, responsables de la crisis del agro. Ese es un panorama general de las decisiones presidenciales de Álvaro Uribe Vélez.


Con esta remembranza del pasado, no se pretende, en absoluto, desligar de su culpa al actual presidente Santos. No se pretende desconocer el descaro y despreocupación, con que ha asumido un país “que se le sale de las manos”, lleno de resquebrajamientos en cada una de sus esquinas, ante los cuales, el Palacio de Nariño está muy lejano –o ha decidido “polarizar” sus ventanas-, como para poder verlos.

La intención es un análisis de la sucesión en línea, y sin respiro, de presidentes que parecen desconocer la verdadera riqueza de su país: lo agropecuario, la tierra -y también el mar- en lo que se aventaja a los países desarrollados; en pocas palabras, del sector primario económico, principal patrimonio colombiano, depende el funcionamiento de los tres sectores restantes.

Pero no, los presidentes colombianos han hecho de este país, una colonia de mandatarios extranjeros, en la que otras naciones explotan los recursos; un país, en el que se firman tratados internacionales de comercio en los que, únicamente, obtienen el mayor provecho los foráneos, y los colombianos son engañados con resultados de estudios mentirosos y discursos presidenciales falsos, llenos de bonitas y alentadoras palabras.

Santos, y los otros que han pasado por su puesto, han vendido las fortunas del país a cambio de engordar sus bolsillos y los de la clase dominante, sin saber que, hablando incluso, en términos egoístas, si supieran explotar y aprovechar esos recursos los beneficios para ellos serían grandísimos, y el pueblo colombiano, estaría ampliamente en mejores condiciones, al menos, no estaría tan desamparado.

Steffi Hernández Papaleo

No hay comentarios:

Publicar un comentario