Por Katia Vásquez
Un hombre sin prudencias, capaz
de secuestrar a personajes políticos, causar daño e impacto a la sociedad
colombiana, sembrar terror, asesinar a multitud de personas por orden de su
superior, Pablo Escobar, y, lo que es peor, está pronto a obtener la libertad, después de hace,
aproximadamente, 20 años de prisión, con cierto apoyo de algunos habitantes de
la población, después de todas las atrocidades cometidas y con el rechazo de
otros, este es el caso de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, ‘Popeye’, un criminal
de mando medio.
Alias ‘Popeye’, un hombre
que, sin escrúpulos, dice creer y tener fe en Dios, que con su ayuda lo
liberara de todos los pecados cometidos en los largos años de su vida jugando
el papel de villano, tuvo el valor para confesar ante los medios masivos de
Colombia, que fue el causante principal del asesinato de unas 300 personas y
cabecilla para ayudar en la muerte de otras 3.000. Esto hace que uno se
pregunte, ¿qué persona es capaz de vivir tranquilo después de tantas crueldades?
En medio de las confesiones
que hace Jhon Jairo Velásquez Vásquez, se encuentran algunas respuestas a las
dudas de muchos colombianos afectados directamente por el conflicto armado a
mano del mayor criminal de la historia de Colombia, Pablo Escobar, dando señal
a los motivos y circunstancias que llevaron a los asesinatos que han causado
conmoción en el país y de aquellos
crímenes que fueron realizados sin explicación coherente del porqué.
Y, también, reconoce que no
puede borrar su pasado, pero ¿podrá haber recapacitado en sus años de cárcel
que en realidad los crímenes no valen la pena?, tan solo queda esperar si
después de salir libre seguirá insistiendo en ser aceptado en la sociedad como
un hombre del común o, por el contrario, va a seguir siendo reconocido como el
malo de la película.
El caso del campeón del
delincuente que, por su buena conducta en la cárcel, logró una rebaja de pena,
que quiso intervenir con niños para darles charlas en la parte de ‘no
violencia’, aun siendo rechazado, hace propagar duda en cómo se hace justicia
en nuestro país, si se le da todo el peso a los que cometen faltas leves, por
llamarlas de este modo, al incumplimiento de normas de tránsito, riñas
callejeras y se les perdona a aquellos que asesinaron, secuestraron, violaron y
torturaron, rebajándoles la encarcelación con la reducción de años en la
condena.
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