Los
buses en mal estado, vías deterioradas y el aumento del pasaje, han generado
que los samarios se encuentren cansados de tener que transportarse con
incomodidad e inseguridad.
Por: William
José Agudelo Cubillos.
La
mayoría de los buses de Santa Marta se encuentran con mala cojineria, son
pequeños, sucios y oxidados. En pocas palabras un parque automotor en
deprimente estado, poco digno de una ciudad turística como la capital del Magdalena.
Es
normal, al subirse a un bus de esta ciudad, tener que agacharse para poder
llegar hasta el lugar donde se desea sentar. La mayoría de los buses no tienen
pasa manos para facilitar la movilidad dentro del mismo. No cuentan con salidas
de emergencias, debidamente señaladas, violando lo establecido en el artículo
38 de código de tránsito.
Esta
claro que Santa Marta no cuenta con una buena infraestructura en su sistema de
transporte. Adicional a esto las vías urbanas de la ciudad no son las mejores.
Aunque la mayoría de los samarios no se encuentran a favor del mototaxismo, los
días sin motos, el transporte público colapsa. Lo más triste de todo es que la
única solución que ha materializado el alcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo
Omar, ha sido el de aumentar el pasaje del transporte público.
Desde
el pasado 7 de agosto entró en vigencia el decreto 197 del 30 de julio de 2013,
que establece el aumento de 200 pesos en el transporte público colectivo (buses,
busetas y microbuses) de la ciudad de Santa Marta. Esta medida va en contra a
la realidad que viven los samarios para poder transportarse dentro del
perímetro urbano.
En
este mismo decreto se establece la reducción del pasaje a mil pesos para
estudiantes de colegios públicos. Olvidando, en mi concepto de forma
excluyente, a los jóvenes universitarios que también podrían beneficiarse, de
cierta manera, con esta medida.
Desde
la administración del exalcalde de Santa Marta, Juan Pablo Díaz Granados
Pinedo, los samarios esperan el denominado sistema integrado de transporte. Las
ilusiones se encuentran vigentes, el alcalde Caicedo continua hablando del
tema, pero todavía todo sigue en proyectos.
Mientras
que los proyectos se materializan en la ciudad de Bastidas, los samarios
tendrán que seguir transportándose en buses que parecen chatarras móviles. Lo
peor es que tienen que pagar un pasaje inadmisible con el transporte indigno de
Santa Marta.
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