El gobierno actual del presidente Juan Manuel Santos
insiste en la fracasada acumulación capitalista del libre mercado neoliberal,
apuntando a medidas proteccionistas del capital nacional y transnacional y del
TLC (tratado de libre comercio).
Estas son medidas que, de una u otra manera, afectan el
sector agrario, puesto que el Estado no ha tomado este tema con total seriedad
y no favoreció la modernización del campo y el uso de la tierra para permitir
la soberanía alimentaria y cerrar la grieta entre el campo y la ciudad. Son
causas del conflicto social, político y armado.
El mes pasado se vivió en el país la fuerte revolución
del paro agrario, donde explosiones dejaron muertos y heridos. Para tristeza,
el Gobierno quiso imponer un “pacto agrario” de componendas entre gobierno,
empresarios, ganaderos y latifundistas, que, al sol de hoy, es calificada como
la “deuda histórica” que fue aceptada por troyanos en el momento de la
explosión del paro y para desgracia aún está sin resolver.
A todo esto, hay algo que llama la atención, y es que en
medio del desarrollo del conflicto agrario con muertos a bordo y todo, el DANE
presenta un informe, cínico, por supuesto, donde se registra que la economía
creció en el segundo trimestre del presente año en 4.2% y la agricultura y el
sector pecuario 7.6%. Esto equivale a la deuda historia que no existe.
Ante este informe descarado, quienes se engañan son esas
mismas personas del DANE y los del gobierno, porque, claramente, el país sabe
que son falsos y aparte es algo cínico de su parte salir con esas. De igual
manera, el presidente Santos, una vez, también fue algo descarado en decir que
en el país no estaba sucediendo nada.
Giselle
Cucunubá
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