Por Luis Alfredo Nieto Gutiérrez
El paro agrario que se vive
desde hace doce días en Colombia, iniciado por los campesinos, además de
afectar a gran parte de la población, ha generado grandes pérdidas a la
economía del país. Muchas asociaciones como Asocarga, fedepapa, Asoleche,
fenavi han registrado grandes pérdidas. En el caso de Asocarga, transportadores
de carga se calcula que han dejado de recibir cerca de 720 mil millones de
pesos.
En varios departamentos del
país como Boyacá, Nariño, Huila, Cauca, se han realizado bloqueos en las vías.
Muchos ciudadanos entienden y comparten esta problemática y, en algunos casos,
rechazan el paro que han fomentado los campesinos, pero algo en lo que tal vez
estamos todos de acuerdos, es que hay que buscar una pronta solución a esta
situación. Son muchos hogares colombianos que se encuentran afectados a partir
de esto.
Los precios de los alimentos
han aumentado en estos cinco últimos días. Productos como la cebolla blanca,
que normalmente la unidad costaba $ 500 pesos, han aumentado al triple, teniendo
un valor de $ 1.500; otros productos, como la papa, la leche, la arveja también
han presentado cambios, impidiendo que gran parte de la población colombiana
tenga acceso a estos alimentos.
A pesar de ya el gobierno se
encontró con los representantes de los campesinos para, juntos, buscar una
solución, aún no han llegado a un acuerdo. Hasta el momento, solo han logrado
algunos desbloqueos en las vías para que circulen los alimentos y no haya tanta
escases y así no sigan aumentando los precios.
El Gobierno del Presidente
Santos, debe, tal vez, reunirse nuevamente con los campesinos lo más pronto
posible y, en ese momento, tener claro que no es una opción llegar a un
acuerdo, sino un compromiso y deber. El no hallar una solución a este problema
nos lleva a nosotros los ciudadanos a tener inconvenientes con la compra de
algunos alimentos por sus elevados costos.
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