Por Merylith Mendivil Sánchez
Desde hace 13 días, Colombia se
encuentra semiparalizada debido que el gremio de agricultores del país decidió
irse a paro indefinido; de este modo, le exigen al presidente Santos que
respete sus derechos como trabajadores y se respete la ley agraria. Los
estragos de este paro ya comienzan a sentirse en todo el país, pues en las
plazas de mercado los productos ya empiezan a escasear.
Este es, tal vez, uno de los paros más
fuertes que se ha presentado en Colombia en los últimos tiempos, después del
paro cafetero que duró, aproximadamente, 40 días. Con el paro agrario, a pesar
de que solo van dos semanas, las repercusiones se comienzan a sentir en toda
Colombia: en las principales ciudades del país, algunos negocios en las plazas
de mercado han cerrado sus puertas porque los productos escasean y ya no tienen
nada para vender y los pocos productos que se encuentran han elevados sus
precios de manera significativa.
Mientras tanto, el presidente de los
Colombianos Juan Manuel Santos, pareciese estar ni Shakira: “ciego, sordo y
mudo”, pues luego de su declaración, donde aseguraba que “el tal para nacional agrario no existe”, se han lanzado sobre él
todo tipo de comentarios por parte de todos los colombianos y aun así el primer
mandatario no toma cartas en el asunto, frente al gremio agricultor.
Personalmente, estoy por pensar que en
la Casa de Nariño y en los hogares de otros dirigentes políticos, hay mercado
para rato y, por ello, no se han dado cuenta que, mientras ellos no se
preocupan por si una libra de papa cuesta $800 o $2000, porque a lo mejor no
les interesa, en las casas del resto de los colombianos, esos que sudan el pan
cada día y saben que cada peso que se paga de más por algún artículo de la
canasta familiar cuesta mucho, las neveras comienzan a quedar vacías porque en
el mercado no hay productos y los pocos que hay son muy costosos .
Apoyo el paro nacional, estoy de
acuerdo con que los agricultores colombianos exijan que se les respeten sus
derechos, pero también quiero resaltar que, a raíz del paro y las protestas, se
han desencadenado una serie de hechos vandálicos con los que no estoy de
acuerdo. Sí a protestar pacíficamente y No a la violencia, No a los saqueos, No
a las riñas policías vs campesinos.
Sé que a muchos colombianos, al igual
que a mí, se le aguaron los ojos cuando vieron por televisión las imágenes de
cientos de alimentos derramados en las carreteras por los campesinos; ese
momento, se me vino a la mente la vieja frase de las abuelas “botar la comida
es pecado”, muchos colombianos no tienen con qué comer y hoy, solo porque el
gobierno se muestra indiferente ante esta situación, botamos la comida como si
nos sobrara. Señor presidente, hoy solo queremos saber ¿cuánto más esperara
para tomar cartas en el asunto? ¿Esperara a que todas las plazas del mercado
del país de cierre o se pondrá a trabajar un poquito antes?
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