Por María Patricia Gutiérrez Martínez
Jesús Alberto
Martínez Durán, declarante clave en el caso Colmenares, afronta ante la fiscalía
la denuncia por extorsionista.
Desde los calabozos de la Fiscalía, Martínez le
pide una suma entre 300.000
y un millón de pesos a una extraditable, para
que sus hombres en La Picota eviten cualquier forma de atentado. El dinero
pedido habría sido entregado en el calabazo donde se encuentra recluido y, por
medio de una persona de la entera confianza del prisionero. Por estos hechos,
la Fiscalía se pronunció decidiendo suspender el proceso de negociación con
él, deteniendo cualquier oportunidad con
el que Martínez recibiría beneficios.
Involucrado
en el juicio por la muerte de Luis
Andrés Colmenares, cuando aseguró que, aquel 30 de octubre del 2010, vio a
Carlos Cárdenas y otra persona mas golpear al universitario y, luego,
retractando y entregando una nueva declaración donde él había participado en la
golpiza “pero que no lo había matado”, Martínez se absorbe en su propio hueco.
Aparentemente, el juicio contra los culpados por la
muerte de Colmenares no se afecta con el nuevo escándalo protagonizado por uno
de los testigos. Los pensamientos de los ciudadanos y de los trabajadores del
caso, llegan a decir que consideran que
Martínez perdió toda credibilidad y una muestra de lo especulado está en que, su
abogado renunció al caso argumentando que su cliente no le generaba confianza.
Pues que se le puede dejar a una persona que delante a la justicia cambia su
declaración y, no conforme con lo realizado, vuelve y comete un acto
delincuencial.
Con más de dos acusaciones en su contra, Martínez se
espera el día de su audiencia donde veremos con qué saldrá y cómo buscará salir
libre y limpio de cada una de los cargos imputados. Como anteriormente sabido
este caso ha dado muchos giros, abarcando y desarrollando nuevas hipótesis
acerca de la muerte de aquel joven estudiante de la Universidad de Los Andes.
Van más de tres años de lo sucedido y aún no se aclara
lo ocurrido. Como todo papá y mamá, buscan saber la verdad y tratar de entender
el porqué de lo acontecido, el dolor causado por la muerte de un hijo es
eterno, pero más el dolor de no aclarar el fin de una pesadilla que para ellos
no acaba por el ir a las citadas
audiencias y escuchar declaraciones y salir sin saber nada concreto. A medida
que pasa el tiempo, se va enredando el gran crucigrama sobre la muerte de aquel
joven villanuevero, de 20 años de edad, que apareció muerto el 1 de noviembre de 2010 dentro de un caño de la capital colombiana.
En qué acabará toda esta historia que un día inició con
la muerte de alguien y hasta el día de hoy abarca una extorsión de aquel
personaje que resolvería la muerte del famoso caso Colmenares: no se sabe, solo
se puede decir que el único que tiene derecho para acabar con la vida de
alguien es Dios, no otra persona. Lo que una vez se convirtió en una feliz noche de Halloween, llena de
disfraces, baile y una serie de tragos, hoy será el recuerdo triste en una
familia quien perdió a su hijo.
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