Por Nicolás Restrepo Gómez
Representan
el poder del orden, son la encarnación de la seguridad echa a la disposición
del ciudadano, son tal vez la luz para muchos que, huyendo desesperados por la
violencia, buscan en la Policía un refugio, una mano buena y poderosa que, con
sus largos alcances, pueda mediar ante la solución o una posible salida.
La
Policía Nacional es un organismo que infunde respeto y no miedo, dicha sensación
en los ciudadanos se debe a su pésimo proceder, no estoy generalizando porque
las generalizaciones son odiosas, pero sí es claro que existen casos
particulares en los que el procedimiento de los tan respetados policías a la
comunidad deja mucho qué pensar.
Sería
bueno que los encargados de la seguridad y el orden tuvieran facultades tan
excelentes como la educación y la cultura. Cada policía debería ser un absoluto
experto en urbanidad y modales para atacar, como se debe, a los infractores,
para tener pleno conocimiento de su dignificante posición, haciendo, de esta,
la mejor de las herramientas para intercambiar con las comunidades.
El
caso más reciente de completa intolerancia, se vivió hace pocos días en el sur de Bogotá: 6 jóvenes muertos por asfixia.
Imposible dejar de lado los videos que se hicieron durante el paro agrario en los
que se evidencia con precisión cómo la policía ataca a golpes y con fuertes
palabras a campesinos indefensos y jóvenes que hacían parte de la protesta. Si
el ente regulador procede como bárbaro… ¿qué se le puede pedir a un tugurio
ignorante?
Durante
una semana los principales medios del país invirtieron valiosos minutos al aire
para denunciar el hecho. En medios radiales como la FM, las madres desesperadas
por lo ocurrido, clamaban justicia. En una entrevista para la cadena radial,
Nelly López madre de una de las fallecidas, aseguro “qué voy andar perdonando
que me quiten a mi hija”. Ante el huracán de opinión que se aproximaba, la
coronel Fabiola Bejarano pidió excusas públicas.
Aún
se adelantan investigaciones para determinar cuál es el fin de esta trágica
historia, pero queda claro que la policía sí tuvo algo que ver en el altercado.
Videos caseros muestran a uno de los agentes recogiendo del suelo lo que parecía
ser un tarro de gas pimienta saltando por completo los protocolos de
custodia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario