Por Marie Claire Sandoval Gutiérrez.
Es
inquietante saber lo que puede ocurrir a la vuelta de la esquina, siendo una
ciudad tan ajena y tan diferente a la de nosotros desde cualquier punto de
vista, pero que aun así nos duele, nos entristece esta terrible situación no
solo porque ocurre en nuestro país si no porque Colombia y parte del mundo han
sido grandes beneficiarios de los productos agro.
Para
entender un poco más del debate agrario, debemos ubicarnos más geográficamente
y tener claro los motivos de las revueltas. La zona de conflicto se origina
básicamente en el suroeste del país específicamente en Nariño, Putumayo y todo
la parte que abarca la sabana cundiboyacense.
La razón por la que esta zona está alterada se
basa en la inexistente política pública para solucionar problemas como: Regulación
de costos de insumos, en estos se encuentran los fertilizantes e insecticidas;
gasolina, peajes, privatización de la asistencia técnica, no aseguramiento de
cosechas, no contribución de la banca a la financiación de los pequeños y
medianos trabajadores y desvalorización del Fondo de Garantías Agropecuarias.
Me
parece absurdo cómo una tierra que nos ofrece tantas cosas, que prácticamente
nos extiende la mano para darnos de comer, no tenga las materias necesarias para seguir
haciendo su trabajo; no solo para alimentar a este pueblo colombiano si no para
exportar, y tras de todo que como buen trabajador tiene que rendirle cuentas al
estado; y este mismo estado le niega la colaboración mínima para seguir
sosteniendo al país.
Todos
los gobiernos, incluyendo el actual, se han lavado las manos con este tema y
han permitido que la ley agraria sea violada por los empresarios agrícolas y de
biocombustibles más importantes del país; el gobierno lo que plantea es
legalizar la ‘Ley Urrutia’ oponiéndose a ofrecerle viabilidad a las reservas de
los campesinos.
En
mi opinión personal, ningún agente del estado quiere aceptar que el TLC es un
gran detonante para el sector agro, trayendo así irregularidades a los
subsidios de los campesinos, ya que EEUU, Asia y Europa importan mercancía a
bajos costos y en consecuencia a esto tienen arruinados a muchos agricultores.
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