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miércoles, 7 de agosto de 2013

Mujeres, víctimas de la sociedad

Por Mercedes Yépez 

En el pasado reinado del 2011, se vieron mujeres hermosas con  cuerpos esbeltos y caras agraciadas, pero lo cierto es que  muchas de ellas se hicieron en  un quirófano. De hecho, los críticos del reinado y en especial la Virreina universal del 2008,  Taliana Vargas afirmaron que este año hay más cirugías que personas.

Si una mujer que ocupo el segundo lugar en ser la más bella del universo, llegó a esas conclusiones, qué queda para  nuestra sociedad,  la cual diariamente le exige al género femenino, estar  a la línea , tener senos grandes y un cuerpo esbelto a cualquier costo. 

Basta con  mirar a la pantalla y ver que la televisión es cómplice al reprogramar las mentes de niñas, jóvenes y adultas incitándolas a cirugía plástica, en los programas en donde la mujer es mostrada como  un objeto.

O el famoso caso en china: en el que la madre le aplicó  botox a su  hija para que  ganara un concurso. Me pregunto: ¿a dónde va a parar la sociedad y en especial la mujer en cuanto al tema de la belleza?  La respuesta es corta y sencilla: la muerte,  como en muchas veces ha ocurrido.

Esto nos deja ver que  la estética se encuentra a la vanguardia del mundo actual, y que quizás es la más apetecida por las jóvenes. Personas que  viven obsesionados por quitarse o aumentarse partes de su cuerpo sin importar el costo y el riesgo que corren al realizarse este tipo de procedimientos, que en ocasiones parecen inofensivos, algunos de ellos son: el moldeamiento de nariz  e inyectarse grasa en los glúteos. Pero la realidad  que los medios impresos nos brindan, es  que  dos de cada diez  jóvenes, mueren en estos procedimientos “sencillos”. Y me atrevo a decir que de ese porcentaje nueve son mujeres.

Aún  así,  las cirugías plásticas y sus múltiples procesos, para embellecer lo que de por si es bello; puesto que es creación de Dios; no son las culpables de aquellas que mueren en un quirófano,  ya que, estos  procedimientos se crearon para satisfacer las necesidades de la sociedad y en este  caso la de alcanzar la belleza ideal.

De hecho si esta sociedad, de la que tanto  he hablado y culpado, no   hubiese inventado los reinados para escoger la  más bella; en Colombia y en el mundo no existieran la anorexia y  bulimia, habría menos mujeres operadas  y más hombres que valoraran  nuestra belleza interior

 Despertando a la realidad, los antes dicho, es una utopía. Pensar que la sociedad cambie el estereotipo de belleza, es algo con lo que nos toca convivir, afrontar y enseñar a las futuras generaciones que el cuerpo es solo la carrocería y  que lo que importa es lo de adentro: el alma, ese motor que permite que nos movamos y que esa carrocería puede tener defectos de fábrica  y rayones.

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