En medio de
todo el desastre del paro agrario, el servicio de salud, el desempleo, los
violentos disturbios, y el descuido del que ha sido víctima el sector
agropecuario, los campesinos, y, por supuesto, el pueblo en general, aparece
una figura mucho más desesperanzadora: un presidente Santos, al que solo se le
ocurre cumplir sus responsabilidades, alegando: “Ese tal paro no existe”.
El paro agrario
fue el símbolo, la cresta de la ola, que materializa la ineficiencia, no solo
del mandato de Juan Manuel Santos, sino, también, los 8 años anteriores, llenos
de leyes que han venido perjudicando y degradando el sector salud, la constitución
política del país, el sistema de pensiones, la tasa del IVA, el empleo, las relaciones
internacionales, así como, un gobierno en el que desaparecieron alrededor de
30,000 ciudadanos, y se firmaron TLCs, que hoy son, en gran parte, responsables
de la crisis del agro. Ese es un panorama general de las decisiones
presidenciales de Álvaro Uribe Vélez.