Dos años después de haberse desencadenado una Guerra Civil entre las Fuerzas Armadas de Siria y los opositores al gobierno del actual presidente-quien ejerce en el cargo hace 12 años- Bashar al-Asad, las cifras han arrojado una situación de caos en la que la represión, la crisis humanitaria, la violación a los Derechos Humanos y la violencia han sido los protagonistas, hablando, incluso, de más de 100,000 muertos.
Pero, al leer las
recientes noticias acerca del conflicto en Siria, curiosamente salta la impresión
de que los hechos de mayor trascendencia son los relacionados con Estados
Unidos, Rusia y las intenciones de sus respectivos países aliados. Lo que, sin
duda, me trasporta a los anales de los reportes de la Guerra Fría, existiendo,
entonces, un “metaconflicto del conflicto”.
La Guerra Civil de
Siria es considerada como consecuencia del efecto dominó de la Primavera Árabe,
en la que la posición e influencia internacional del gobierno de Estados Unidos
ha jugado un papel decisivo, moviendo el ánimo de la comunidad internacional de
acuerdo a sus intereses en el Medio Oriente: El petróleo-El Medio Oriente es
considerado potencia en la producción del crudo-, así como tumbar a los
mandatarios aliados de su principal opositor: Rusia.
Según el Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales, Siria posee el arsenal químico más grande y
sofisticado del mundo (incluyendo el gas sarín, del cual una sola gota puede
matar a una persona y el agente nervioso VX, el más tóxico del mundo), el cual,
en palabras del presidente sirio, está dispuesto “solo usar en caso de una
invasión extranjera”. Aun así, se acusa al gobierno de usar armas químicas para
frenar las violentas protestas de los “rebeldes”; es decir, el pueblo sirio.
Es, entonces, cuando Estados Unidos apareció afirmando que su mayor
preocupación es que este tipo de arsenal caiga en manos de organizaciones
terroristas como Al-Qaeda o la milicia chiítaHizbulá, por lo que una acción
militar en Siria sería inminente. Por otra parte, el presidente ruso Vladimir
Putin saltó a su lado del ring,
respondiendo y calificando tales acusaciones como “una tontería inmunda y una
falta de respeto”.
¿Dónde quedan las
verdaderas víctimas?, ¿por qué estos gobiernos que lo que quieren es demostrar
su supremacía sobre viejos rivales no utilizan su poder para los derechos
humanos de las madres que ven morir sus hijos, de las esposas que no ven a sus
esposos regresar?. Me resulta increíble un Nobel de Paz queriendo acrecentar
los millones de víctimas en las calles. El conflicto no gira en torno a las
víctimas, gira en torno al metaconflicto del capitalismo y el comunismo.
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