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sábado, 9 de abril de 2016

Proceso de paz, un lobo vestido de oveja

Por: Ricardo Rodríguez

Oscuridad y un abanico rodando era lo único que sentía el viernes que me preparaba para dormir luego de un agitado día; cerré mis ojos y en el transcurso de dos minutos, un tintineo agudo fastidió mi oído, era un mensaje con todas las letras en mayúscula, NO HAY CLASES MAÑANA POR PARO ARMADO; desinformado de la eventualidad, navegué por los periódicos locales y redes sociales, concluyendo que la raíz de este incidente es la gran mentira del llamado “proceso de paz”, asunto que nos quiere inculcar un presidente que poco a poco engaña a los colombianos y entrega el país a la delincuencia.


Tocará meterse debajo de la cama cuando los grupos al margen de la ley determinen dar por concluido el proceso de paz (terminación que, posiblemente, no sea la esperada), ya que tendrán el país tan invadido que ni los Avengers podrán salvarnos, y es que no estamos muy lejos de esta realidad, el Can Ùsuga intimidó el día de ayer a 36 municipios del país con matarlos si salían de sus casas, y los santitas aún creen en el proceso, causa que beneficia más a los guerrilleros que salen libres con crímenes a sus espaldas que a los colombianos.

Es que, pensando bien, ¿en qué beneficiaría este proceso a los grupos ilegales?, en nada, andan como Juan por su casa por las calles colombianas y con dinero en abundancia; hasta para ir a partidos de beisbol en Cuba, como “Timochenko”, que fue captado no hace mucho, costumbres que no van a cambiar por una paz que afecta sus ingresos ilegales, pasando a ser un número más en el por ciento de desempleo en el país.


Hoy, diez días después del plazo que se supone que se tenía que acabar el proceso, los colombianos cada día abrimos más los ojos a esta causa y entre quejidos que salen del alma, exclaman extrañado a un ex presidente chiquito, canoso y con ojos verdes, que seguramente descuidó muchos factores en su campaña como la salud, pero no tuvieron que pasar por el miedo que ahora siento de salir de mi casa.

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