Buscar en este blog

sábado, 28 de septiembre de 2013

Santos, jugando “al ahorcado” y con la soga al cuello

Por Steffi Hernández Papaleo


Luego de tres años de gobierno del actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el panorama para él, el pueblo colombiano y las relaciones que mantiene con sus vecinos –en especial con Venezuela y Nicaragua-, no es nada alentador.


Los tan mencionados Diálogos de Paz, en los que hemos visto paseando, viajando y descansando a los líderes de la Farc, que han asesinado, secuestrado, extorsionado y torturado a tantas víctimas inocentes, nos saben, a la mayoría de colombianos, a una burla cruel y cínica. Además de esto, el Paro Agrario que sacudió al país nos muestra la crítica situación de abandono de la población rural, hecho que evidencia la primacía de los políticos y dirigentes de sacar ventaja para unos pocos; inclusive, para otros países, pero no para quienes confían en el Estado como ente protector.  

Recordando la pérdida del aquel entonces olvidado Panamá, el cual, tras haberse independizado de Colombia y estar bajo ciertas influencias de Estados Unidos, hoy en día posee nada más ni nada menos que el canal que posibilita la unión interoceánica entre el mar Caribe y el océano Pacífico; posicionándose así como una de las economías más sólidas del continente.

Esta imagen vuelve a mi mente ante la “tormenta” que se viene apoderando una vez más en el territorio colombiano: Caso de la demanda que presentó Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia, por la que en el año 2012, a pesar de no conseguir a las islas y cayos pretendidos, obtuvo la pérdida de cerca del 43% del territorio marítimo en el mar Caribe para Colombia. Meses después, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, vuelve y juega con una demanda de ampliación de su jurisdicción en sus fronteras marítimas.

Pero al señor presidente Santos, solo se le ocurrió argumentar que defenderá su plataforma continental “a capa y espada” de las pretensiones de Nicaragua. Sus soluciones parecen adivinadas jugando “al ahorcado”, pero, ¿dónde habrá dejado las bonitas palabras con las que en su discurso afirmó que “ahora que estamos tan cerca de la victoria sobre la violencia, la pobreza y el atraso”?, ¿o con las que intentaba esconder la crisis del sector agrario, en un país, principalmente, agrícola?.


¿Cuál victoria sobre la pobreza y la violencia?, ¿acaso no se ha bajado de su Palacio a reconocer la crisis en la educación, la salud, el empleo, los niños vendiendo dulces en los semáforos, los millones de empleados en la informalidad y las víctimas inocentes de las Farc? Desestabilidad y malas condiciones afectan a todo a un país, pero, al parecer, esto no lo ve a través de los muros del Palacio de Nariño. Señor Santos, usted es un verdadero presidente de la retórica, por no decir que del engaño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario