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sábado, 21 de septiembre de 2013

Dios le ampare

Por Katheryn Escobar Salazar

La sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín acaba de pedirle a la Comisión de Acusaciones que investigue al ex presidente Álvaro Uribe por presuntos nexos con el paramilitarismo, planteando la posibilidad de que este haya tenido un papel importante en el inicio de las autodefensas, sobre todo en Antioquia, para su época de gobernador.

Conocemos la perfecta oratoria que caracteriza al ex presidente, muy fácil sería imaginárselo en el Congreso defendiendo sus ideas, sin esperar que le den el turno de la palabra y mucho menos respetando el tiempo indicado para las intervenciones. Más allá de esto, Uribe entraría con una nueva investigación penal, sin contar la que ya le había impuesto la Fiscalía por lo sucedido en su hacienda Guacharacas.


Un político más, en quien no se pordría confiar, llegaría al Congreso. La mayoría de colombianos, como lo han mostrado recientes encuestas, estarían felices de la pelota al ver a Uribe y su perfecta oratoria como senador. Se le abonan algunos pocos procesos triunfantes como presidente, pero, aún no comprendo por qué en las calles se escuchan afirmaciones como ‘Uribe ha sido el mejor presidente que ha tenido Colombia y debería considerar su tercera vez’. No podía dejar pasar por alto aquella expresión, que, sin duda me dejó pensando ¿Qué es lo que quiere el colombiano?

Retomando el tema de Uribe encabezando la lista en el Congreso, sería conveniente que el ex presidente pensara en lo mal librado que terminaría, no porque no tenga todas las de ganar, sino por el hecho de verlo esperando que reiteradas veces le llenen la cara de angustia, aunque no se notaría, al mencionar su riesgo de pérdida de investidura por el Tribunal Superior de Medellín.

Por otra parte, tendría que acomodarse al cargo de senador, en pocas palabras, rebajarse del pedestal en que se encuentra por el título de ex presidente, y, lo peor, de súper ex presidente. Ya acomodado en su silla como senador, entonces, a soportar las resbaladas reglas del Congreso.


Se ha visto cantidad de veces la expresión ‘Uribe paraco’ en los muros que levantan las ciudades colombianas. Dios quiera que pronto la sala de Justicia y Paz del Tribunal de Medellín nos haga saber si el ex presidente hace parte del génesis del paramilitarismo, si son más que simples expresiones en muros escritas por rebeldes, o que, en dado caso favorable, todos nos hayamos equivocado al catalogar la moral del respetado ex presidente. 

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