Por Víctor
Castellanos y Jhoser Bermúdez
Por fin llegó el día, dos de
abril. La marcha comienza en medio del silencio estruendoso que hacen los
falsos positivos ubicados en la última parte de la fila. Un poco más adelante,
los campesinos padres de los ya mencionados están acompañando la causa.
Situándonos un poco más al principio del tumulto, se encuentran: Mancuso, Jorge
40, María del Pilar Hurtado, Sabas Pretelt y demás próceres de nuestra historia
moderna, quienes consiguieron un “permisito” para escapar, como siempre, de sus
asuntos fiscales y así ayudar a esta noble causa.
Cargando la bandera patriótica, está
Óscar Iván Zuluaga, perdón, es que con tanto muerto en la fila, no se alcanza a
ver bien, es Pacho Santos; Zuluaga, por miedo a que el “castrochavismo” le
tienda una emboscada, por eso de la persecución política, prefirió quedarse en
su casita, o, más bien, en Washington, con el fin de que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos le brinde posada.
Lamentablemente, esperábamos más
gente, pero, al parecer, muchos se quedaron haciendo otras filas en las E.P.S.
y los que ya están pensionados, por su edad, les queda imposible aguantar más
de una hora de pie.
Por fin, hemos llegado a la parte
más frontal de la marcha, donde encontramos a toda la familia Uribe. Santiago,
quien lleva un paquete con unas letras que no se alcanza a leer bien, algo
como, “manténganse este lado arriba” o algo para 12 discípulos. En fin, al lado de él, sus sobrinos
Jerónimo y Tomás preceden al hombre más grande de toda la historia colombiana,
el rey del terror, el hombre que libertó las carreteras de guerrillas y las
llenó de campesinos muertos, el libertador de la economía privada, aquél que
subirá a la diestra de Pablo Escobar, padre, el gran Álvaro Uribe.
Lo más curioso de toda esta
marcha, es que se encuentra, en cada bandera colombiana, la palabra: paz. Y Santos,
sí, Santos, se encuentra escondido a lo último de la fila, es que es mucho más
lo que acerca a estos dos amantes furtivos (Uribe y Santos) que lo que los
aleja; por eso, el día de hoy quedará en la historia como la marcha del
cinismo. No nos extrañemos que ahorita el procurador Ordoñez marche en pro de
la comunidad gay y que la derecha exija paz y derechos humanos, aunque creo que
eso ya me suena un poco familiar.
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