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sábado, 22 de febrero de 2014

Venezuela, ¿Maduró o empeoró?

Por Mónica Daniela Vecino Monsalve

Las víctimas, muchas; los muertos, algunos; los afectados, todos. En Venezuela, los disturbios continúan y el presidente Nicolás Maduro sigue parado en la raya ‘Chávez’: actúa creyendo que es el segundo Dios que veneran los venezolanos; claro, sin olvidar que el primero está descansando o soplando información a ‘Madurito’ o que, para mi parecer, pidió muy amablemente prestado al Ejercito Nacional de su vecino país Colombia, el sistema de monitoreo para escuchar lo que piensa Chávez desde su tumba.

Una ola de sangre es la que corre en estos momentos en el país al que deberían cambiar el nombre al de ‘ChaMadu’ (Chávez y Maduro). Algunos de los ciudadanos están deseosos de encontrar una rosa y que el vientico de la Virgen de Guadalupe los saque volando de ahí para no tener que ver el llanto de quienes luchan por sus derechos para derrotar lo que terminó siendo una dictadura.


¿Pero quién baja a ese rey? Está montado en el trono mayor con su corona y el cetro tratando de mandar al que le venga en gana y manipulando a los medios de comunicación para que censuren lo que en realidad está pasando. ¿Qué ganas le da a un recién graduado estudiar Periodismo en un país que callan las bocas? Maduro no es capaz de bajar la cabeza por miedo de dejar caer el adorno de ella, al parecer, pesa porque le está aplastando el cerebro y no lo deja ver más allá de sus ojos.

Los heridos terminan siendo los malos de la película. Aún con sangre en el rostro, siguen luchando en contra de lo que “está bien” solo para quien es “ciego, sordo y mudo”, como la canción de Shakira. Aquellos que, como el presiente, creen en el dicho “me lo dijo un pajarito”, siguen encadenados al pasado, apoyando al lobo disfrazado de oveja.

Desde que subió al trono, el rey no fue recibido como él pensaba. En vez de trompetas y fiesta, los opositores hicieron una manifestación que se conoció en todos los medios de comunicación, en la que demostraban su descontento por el sucesor del ‘pajarito que habla’; en vez de regalos, tiraban piedras y, por último, en vez de alabanzas recibió insultos: la gente que sí piensa se cansó de la burla, del mal mandato, de la trampa, entre otros.

No hay manera de solucionar un problema que viene desde antes. Ahora Maduro piensa cerrar los medios de comunicación, siendo él uno de los presidentes más polémicos y el que a través de ellos habla de lo que debe y lo que no debe; ojalá se cumpla lo que mi madre siempre me enseñó: “el pez muere por su boca”, esperemos que sea verdad.


Terminar siendo la víctima es su especialidad, deberían abrir otra temporada de Protagonistas de Nuestra Tele y sustituir a Jorge Enrique Abello y darle el puesto a Maduro, para que le enseñe a los participantes cómo dar lástima fácilmente y también lo sencillo que es ganarse la vida acostillas de la fama de otro; con él como profesor, las mentiras serían más creíbles e, inclusive, no mandaría a cerrar los medios de comunicación con tal de ser el centro de atención, en términos coloquiales “se matarían dos pájaros de un solo tiro”, claro sin hacer le daño al pájaro mayor, Chávez. 

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