Por Daniela Pirela Wisman
¿Alguna
vez te has detenido a observar la
cantidad de especies de árboles que hay en Santa Marta?, o te has preguntado,
¿qué tan viejos serán? Muchas veces, caminamos por las calles de la ciudad y,
por el afán, el ruido de los carros, la abundancia de mototaxis, la
inseguridad, dejamos de lado cosas qué valen la pena, como disfrutar de la
sombra que brindan los árboles que están plantados por muchas de las calles del
centro de la ciudad.
Un
árbol de caucho es hoy el protagonista de este escrito. Seguramente, al caminar
por el centro lo hemos visto, pero como dije antes, por el afán, no nos
detenemos a mirarlo. Este gran amigo está ubicado en la calle 22 con carrera
cuarta, en el predio de Miguel Solano Dávila. La construcción de un centro
comercial es el motivo por el cual quieren talar el centenario árbol.
Protectores
del medio ambiente samario, no sólo se quejan por los planes, sino que también
ofrecen soluciones posibles para evitar el corte de este ser vivo, el cual,
afirman, que no está causando ningún tipo de daño ni molestia. Y una de esas
soluciones es incluirlo dentro del plano de construcción.
La
campaña se ha esparcido por las redes sociales, y, con ayuda de pequeños conciertos, y otras
actividades culturales, los jóvenes se unen para preservar la vida de este
árbol y también como una forma de que los samarios se enteren de lo que está
sucediendo.
No
soy una joven activista, pero sí pienso que los seres humanos tenemos el deber
de cuidar y preservar la flora que nos rodea. Actualmente, existen centros
comerciales en el mundo donde, en medio de lujos y tecnología, entra a jugar un
papel importante el ambiente, sería una idea novedosa incluir a este antiguo
árbol en medio de alguna de las instalaciones que este tendría. Por ese lado,
apoyo la idea de los ambientalistas samarios.
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