¿Hay que desescalar el lenguaje?

Por Yiseth Jiménez

Durante muchos años, el país ha sufrido con secuestros, narcotráfico, asesinatos, tortura, reclutamiento forzado de menores de edad y violencia sexual, víctimas de minas antipersonal, actos de horror y de maldad por parte de grupos que se dedicaron a violar a nuestra Colombia y de manchar la tierra con sangre; hoy hay familias enteras sepultadas a causa de una venganza que no encuentra su fin y un semillero de consecuencias por el odio y el rencor.

Son más de 50 años de guerra, un estudio cifró en 220.000 las muertes causadas por el conflicto desde 1958, sin contar con  el resto de personas que han sufrido otros crímenes de guerra, que superaría los 6 millones de víctimas.

Con todo esto y el presidente piensa en ‘desescalar el lenguaje’. Concepto que ni ‘san google’ arroja posibilidades de definición, pero el presidente Santos quiso decir, que olvidemos por un momento los horrores que ha vivido nuestro país y nos dejemos de insultos que ni cosquillan le hace a las Farc. Entonces, les llamaremos ¿amigos?

Durante su entrevista con Claudia Gurisatti, Santos indicó que un primer paso para lograr el desescalamiento de la violencia es usar un lenguaje más moderado al referirse a las Farc.  Roberto Pombo, director del diario El Tiempo, afirma que  “al guerrillero se le llama guerrillero y hay quienes los llaman terroristas porque cometen actos de terror”.

Para qué tapar, para qué mentir, para qué el engaño. Colombia va a empezar a tildarlos distintos, cuando muestren actos dignos de arrepentimiento. Fidel Cano, director del diario El Espectador, señala que “la manera como lo llamen a uno es algo que se gana y depende de cómo se comporte”.

Sí es importante eliminar los insultos, porque generaría mucho más tensión en el dialogo, pero la sinceridad es la matriz de todo éxito y hay que llamar al guerrillero, guerrillero y al terrorista, terrorista hasta que lo deje de hacer.

Entonces a Colombia le toca  ¿desescalar el lenguaje? O a las Farc les toca dejar de hacer tanta maldad y pedirles perdón a los colombianos. Una cuantas palabras no serán suficientes para superar años de violencia y sufrimiento. Según el presidente Santos, desescalar es ir reduciéndole el fuego al conflicto, pero claramente es una ofensa para el país, mientras se pierde la visión en un desescalar del lenguaje, las Farc aumentan su capacidad criminal.