Buscar en este blog

sábado, 29 de agosto de 2015

¿Y si Santos y Uribe vuelven a empatizar?

Por Andrea Suárez Burgos  

El Proceso de Paz, teóricamente, promete acabar con el conflicto armado de Colombia. Pero, ¿qué pasa con el conflicto entre el Gobierno y el uribismo que promete no permitir que los diálogos de paz lleguen a feliz término?

Para resolver esta pregunta, que seguramente ronda en la cabeza de muchos, o más bien, en la de aquellos que reconocen la dimensión del fenómeno en el que se ha convertido el expresidente  y senador Álvaro Uribe Vélez, hay que hacer un recuento de los episodios amorosos que han protagonizado, controversialmente, las dos partes. A sabiendas de que en la guerra y en el amor, todo se vale y que del odio al amor solo hay un paso.


Uribe y Santos lo saben y, por eso, cada uno, desde su ruptura sentimental, adelanta procesos para alcanzar la paz, pues, son conscientes de que quien lo haga será enaltecido históricamente en el país. Pero, desde que se acabó su estrecha relación, las discrepancias que los han separado no han beneficiado de ningún modo a Colombia.

Hay que entender que mientras uno quiere construir patria desde la educación, el otro quiere construir patria desde la seguridad y la educación. Así, resulta imposible que las dos potencias políticas de Colombia quieran trabajar desde su propio carril, cuando solo para alcanzar la paz resultaría oportuno que se chocaran,  o en términos más precisos, que se complementaran.  

Si en un inicio existió empatía e, incluso, amor entre Santos y Uribe, ¿por qué no apostarle al restablecimiento de esa relación en pro de los colombianos?

En Twitter, por ejemplo, viéramos trinos indiscriminados hacia las Farc y no, en contra del gobierno. En las noticias de los medios se publicarían, en diferentes escenarios, la fraternidad entre los actuales protagonistas de la política colombiana, como José Obdulio Gaviria y Roy Barreras Montealegre, abrazándose. Además, viéramos a Uribe posesionado en la mesa de diálogos dirigiéndose amablemente hacia Iván Márquez o Santos refiriéndose a la seguridad.


Un panorama un poco utópico, pero, si realmente queremos la paz, por qué no pensarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario