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sábado, 5 de septiembre de 2015

¿A dónde se fue la moral?

Por María José Utria

Comenzando por definir Ética, que, Según la real academia de la lengua española (RAE), una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión; hasta aquí, una definición académica. Para los periodistas, la ética juega un papel fundamental y va más allá del ejercicio periodísticoa que con esta se juega la credibilidad y prestigio a la hora de redactar una noticia o sostener una afirmación.

En una de las columnas de la doble moral protagonizada por el procurador Ordoñez, escrita por Daniel Samper, brinda una vista panorámica sobre todo lo que puede llegar a hacer una persona que abusa de su poder y se vale de su posición  política para tomar decisiones poco imparciales que solo benefician a un pequeño grupo de personas.


También se tocan temas de extrema relevancia como la presunta destitución de Sergio Fajardo de la gobernación de Antioquia, a cual estaría en manos de la joyita del ya conocido por polémicas de esta clase, el procurador Alejandro Ordóñez buscando el beneficio común para él y sus colegas de extrema derecha fascista, como el ex presidente y senador de la república Álvaro Uribe.

Encuentro relevante recordar el pensamiento del Papa Juan Pablo II, quien, en algún momento de su vida, tocó el tema de la moral y el ejercicio periodístico como la vinculación entre la verdad y la libertad. Para el Papa, existe una estrecha línea entre quien predica un evangelio y quien redacta una noticia porque los dos están al servicio de la transmisión de la verdad. El evangelizador tiene que transmitir su verdad a los feligreses. El profesional de la comunicación no tiene que ser necesariamente quien dé su punto de vista frente a algún hecho relevante sino también tener en cuenta la realidad en la cual se fundamenta.


La moral en el ejercicio periodístico juega un papel fundamental a la hora de redactar una noticia, de allí radica la veracidad del periodista y la credibilidad de la noticia. La verdad y la libertad están íntimamente unidas a la hora de dar a conocer una postura sobre un tema de carácter relevante, pero, su vez, a verdad es inseparable de la ética de la libertad de expresión en el momento en que el periodista escribe una columna de opinión.

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