Buscar en este blog

lunes, 7 de septiembre de 2015

COLOMBIA, ENTRE LA PAZ Y EL URIBISMO

Por Paula Garcés

Al parecer, la renuencia del expresidente Uribe por la posibilidad de encontrar un camino hacia la paz de este país, tras más de cinco décadas de violencia y conflicto, puede tener solo un significado: su fascinación por la guerra y decadencia de Colombia. No es posible que él y todos quienes le siguen no comprendan la importancia de establecer un país que puede prosperar y avanzar a pesar de las dificultades.


No podemos cerrarle las puertas a los diálogos en La Habana, una propuesta que podría resultar en cambios trascendentes a través de la discusión de asuntos como el desarrollo agrario, la participación política de las Farc, el narcotráfico y los cultivos ilícitos, la reparación a las víctimas y, por último, pero no menos importante, el fin del conflicto.

Por vez primera, el gobierno y la guerrilla se han puesto de acuerdo y se han fijado objetivos claros para ver si, de una vez por todas, esta guerra cesa; sin embargo, el principal detractor de la paz, Álvaro Uribe Vélez, no ha dudado en lanzar comentarios ante cualquier avance que se logre.

Colombia se ha perdido de grandes oportunidades para competir a nivel mundial con otros países en áreas como educación, salud y seguridad social, debido a que muchos de los recursos de la nación han terminado en las Fuerzas Armadas y su intento por "cuidar" a la población civil, una realidad que debería preocupar a todos los colombianos.

Por esto, es necesario reflexionar y visualizar lo que queremos que sea nuestro país. Aunque para los uribistas no es una opción, ¿no sería mejor conciliar con las Farc si dejan las armas y le dan la cara a las víctimas?  Tengo la esperanza de que la paz puede triunfar a través de los diálogos y que no está de más intentarlo, porque con la guerra nunca seremos una patria verdaderamente democrática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario