Buscar en este blog

sábado, 5 de septiembre de 2015

“Santo que evacúa y mea, que ni el diablo le crea”

Por María Angélica Sánchez Ruiz

El señor procurador general de la nación, Alejandro Ordóñez, se ha ganado el título de monseñor, dando ostias que no son más que  cargos a las personas que él cree que son dignos de la redención, aunque no está exento de encontrar la piedra en su zapato…ellos son acusados de herejía y condenados  a la hoguera en caso que no cedan a las peticiones del Procurador, peticiones que se convierten en obligaciones para toda una nación.

Cada quien tiene derecho a profesar su fe, pero no tiene derecho a imponerla y más aun aprovechándose de un cargo público, declarando qué es y qué no es pecado cuando él, sobre todas las cosas, carece de moral… y como no si él elige para que lo elijan… porque así como dice una cosa, dice la otra.


Desmerita el trabajo presidencial, mientras tanto purga, y realiza plegarias para que su asunción a los cielos presidenciales se realice con éxito. Sus aspiraciones no son pecados, pecado es andar entregando regalos en las ciudades que visita, como cualquier político.
Asumiendo que vivimos en la ciudad del pecado; ¿será posible que se  compre al pueblo con pan y circo?... En su caso, cambiar la imagen del General Santander que estaba en la Sala Plena, por un crucifijo.

A Ordóñez no le tiembla la mano para azotar a cualquiera que le lleve la contraria; su ultra conservadorismo se ha convertido en un problema para los políticos, principalmente de los de izquierda, como Gustavo Petro, quien fue destituido por el supuesto mal manejo de una crisis en la recolección de basuras ocurrida en 2012, pero se le olvidó que fue Gustavo Petro quien votó por él para ser elegido procurador.


Pedid y se os dará, el que pide, recibe… solo le pedimos al  señor todo poderoso que ilumine los senderos políticos, y que trate de cortarle las alas a quien cree que posee la verdad absoluta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario