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viernes, 29 de agosto de 2014

Samarios se endeudan cada vez más

Por Keylen Esquirol, Karina Castro y Farina Fernández 

Las deudas más altas se enfocan en bienes de consumo durable, el principal de estos es la deuda de vivienda, la cual consume gran parte de los ingresos de los ciudadanos, le siguen los créditos para la compra de vehículos, muebles y en el manejo de tarjetas de crédito.

Santa Marta, por sus características empresariales y geográficas, es una ciudad que tiene fuentes de empleo importantes, como las multinacionales, las actividades generadas por el puerto marítimo, actividades económicas propias como el cultivo del banano, el turismo, entre otras, es decir,  el poder adquisitivo de sus habitantes, en general,  ha alcanzado un valor significativo. Sin embargo, los habitantes de la capital magdalenense tienden a gastar más  dinero del que suelen recibir, y ahorrar es una posibilidad que muy pocos tienen la oportunidad de efectuar.


Un estudio de la Universidad de los Andes del 2008 reveló que por diversas circunstancias, sobre todo de carácter económico pero también cultural, buena parte de los colombianos, el 70 por ciento de su población, no puede o no tiene la capacidad de ahorrar. "El ahorro está concentrado en los más ricos y en los mayores de 45 años". Según el estudio que se dio a conocer por el Decano de Economía, en ese entonces de la mencionada Universidad, Juan Carlos Echeverry, hasta los treinta años los jóvenes no ahorran y bien por el contrario tienen una tendencia al endeudamiento.

Rafael Salazar Velásquez
En la ciudad se ha segmentado la población con capacidad de endeudamiento en tres clases: empleado común, comerciante y familias. El empleado es un segmento de mercado que  se endeuda para la compra de vehículos y en el manejo de  tarjetas de crédito. El comerciante  se endeuda para invertir en su negocio o compra de vivienda y  las familias, por otro lado, se endeudan para compra de bienes y servicios propios del hogar  como electrodomésticos y muebles.

“El empleado común  es una persona que constantemente está accediendo a los servicios, este grupo es aproximadamente el 70 por ciento de la población total que más solicitan créditos. Nos resulta una población  atractiva, pues, por lo general, cuentan con buenos salarios y empleos estables y constantes.  Para créditos hipotecarios o de vivienda se habla más o menos de 90 millones de pesos, para asuntos comerciales las cifras oscilan entre 40 y 80 millones, créditos de hogar están por 3 millones  y para créditos de consumo están entre 1 y 15 millones”, explica Rafael Salazar Velásquez, Director de Oficina de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Pio Xll.

José Sierra
José Sierra de Aguas, subgerente del Banco BBVA de la ciudad, precisa: “Los clientes suelen pedir créditos hipotecarios o de vivienda, de consumo para libre destinación, préstamos para fin determinado como préstamo de vehículos, tarjetas de crédito con cupo aprobado para su uso. En el caso de créditos hipotecarios,  el banco le presta hasta el 70  por ciento del valor comercial y el valor de la cuota no puede superar el 30 por ciento; la tasa de interés dependerá de lo que apruebe la Superintendencia Financiera”.

“Lo que más se está moviendo en este momento es la compra de cartera, es decir, clientes que ya tienen deudas con otras entidades financieras y se dirigen a nuestra cooperativa para mejorar su flujo de caja con  una menor tasa de interés. También son muy frecuentes otras líneas que son créditos de consumo, tarjetas de crédito y de libre inversión”, precisa Moisés Barras Peña, Director de Oficina del banco Davivienda.

Yasmín Conde Trujillo, Ejecutivo Banca Personas de Bancolombia, asegura que en su oficina se presta más para la libre inversión, lo que quiere decir que son cantidades de dinero solicitadas sin un fin específico, y el porcentaje  de préstamos que se maneja está alrededor de los 10 millones de pesos.

Tanto en las ciudades costeras  (Barranquilla, Cartagena, Santa Marta), como en las ciudades centrales (Bogotá, Medellín, Cali), y demás territorios del país; existe un sobre endeudamiento de la población, debido a que acceder a un crédito resulta sencillo y resulta económico al principio.

Zeudy Castañeda, Economista Especialista en Finanzas de la Universidad del Magdalena y prestamista independiente, asegura que  a los samarios en general les gusta realizar préstamos para beneficio propio ya sea un viaje, una fiesta o el pago de una gran deuda que se haya adquirido. El incremento de préstamos se ven los meses de Enero y Marzo por la época de los Carnavales, Abril por Semana Santa, Junio y Agosto por las vacaciones de mitad de año, Noviembre y Diciembre por las fiestas navideñas y de fin de año.

Luis Alberto Escalante
Así mismo opina Luis Alberto Escalante, Gerente de la Cooperativa Prestamista Buen Futuro y Representante de la  Cooperativa Distrinversiones. “A gran parte de la población  le gusta prestar en algunos casos para gastos personales más que cancelar otra responsabilidad económica importante; al samario le gusta endeudarse para auto complacerse en caprichos o gustos que se encuentren a la moda como celulares, ropa, motocicletas entre otros”, afirma.

Betty Segrera
Betty Segrera Cruz es una de las miles de personas usuarias de entidades bancarias que poseen deudas considerables, pagar sus tarjetas de crédito la incentivan  día a día en su jornada laboral. “Los préstamos que hago los utilizo para el estudio de mis tres hijos, para mi negocio, pues soy comerciante. A veces hago compras con tarjetas de crédito y como las tasas de estas tarjetas son costosas, me veo en la necesidad de hacer créditos de consumo para poder pagarlas. Actualmente, tengo una deuda de 40 millones de pesos. Tengo conocidos que recurren a los ‘paga diario’ y terminan pagando intereses altísimos”, asegura.
El problema de la condición en que se encuentra la compra y la demanda de crédito, sumado a las características de tasas de interés bajas como las que plantea en la actualidad el Banco de la República, para incentivar el consumo, han generado un proceso de endeudamiento.


Años atrás existían tasas de interés de 2,4 por ciento, hoy en día, para créditos de consumo y otras líneas, se tienen créditos de 1,5 por ciento de interés, en el caso de los créditos para vivienda se maneja una tasa que  se encuentra por debajo del 1 por ciento con plazos hasta de 15 o 18 meses. Todo está proyectado para que la población colombiana, y más específicamente samaria, este endeudada.

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