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sábado, 21 de mayo de 2016

Colombia, dando un paso hacia la igualdad

Solo 23 países en el mundo han dejado a un lado los prejuicios de la religión y aprueban llamar matrimonio a la unión entre dos personas del mismo sexo. Hace no más de un mes, Colombia comenzó a hacer parte de esta importante lista, aunque desde el 2011 se permitían uniones solemnes, las cuales eran consideradas familias y, supuestamente, tenían todos los derechos y deberes que cualquier otro matrimonio civil.


A través de años llenos de polémica entre el gobierno y la iglesia, la comunidad LGBT ha logrado hacer valer sus derechos paulatinamente. El más reciente logro en esta lucha fue la aprobación del matrimonio igualitario luego de meses de debates en la Corte Suprema y cientos de argumentos en contra de la senadora Viviane Morales y el senador Jorge Pretelt, a quienes podríamos considerar los principales detractores de la igualdad en nuestro país.

Y es que para un país tan tradicionalista como Colombia es claramente difícil dar un paso agigantado y vanguardista como este, pero en la actualidad, y, especialmente por las circunstancias en las que la comunidad LGBT se desarrolla, o más bien, deja de hacerlo, se hace necesario hacer algo para contrarrestar la discriminación y victimización que viven a diario.

Y, aunque no hace un mes que se dio esta buena noticia, ya el procurador Alejandro Ordóñez está impulsando ante el Congreso, ente que en su momento no hizo nada al respecto de este tema, un “proyecto de acto legislativo que restablezca precisamente lo que la Corte ha destruido”, que, según él, fue apañar el entendimiento básico de los derechos fundamentales de los colombianos.

Solo esperamos no seguir haciendo debates que no corresponden al momento histórico en el que vivimos, ni retroceder en el tiempo arrebatándoles a las personas LGBT la posibilidad de amar; sino darle a Colombia la oportunidad de entender que esta no es una bofetada a las creencias y los preceptos de la iglesia y el Estado, sino una oportunidad de ser una sociedad realmente igualitaria y en paz.

 Andrea Marcela Delaytz 

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