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sábado, 21 de mayo de 2016

CONTRADICCIÓN

La semana pasada, por fin, la Corte Constitucional avaló el matrimonio igualitario. Ahora, varios personajes políticos se oponen a la adopción, obstaculizando el proceso.

La Corte Constitucional dio un gran salto aprobando el matrimonio civil de las personas del mismo sexo, y todo indicaba que esta era una nueva victoria del amor frente a la discriminación y las creencias religiosas retrógradas, que, de hecho, aún persisten en gran parte de la población colombiana. Sin embargo, lo que parecía para muchos un sueño hecho realidad, no es más que un proceso a medias que, por ahora, se vislumbra como una utopía.

Porque sí, los homosexuales pueden contraer matrimonio como cualquier otro ciudadano colombiano. Pero no, no pueden adoptar como cualquier otro ciudadano colombiano. Una situación un poco contradictoria ¿no?

La Constitución Política de Colombia contempla que todos los colombianos son ciudadanos libres, por lo cual, incluso siendo homosexuales, deberían tener el derecho de casarse, adoptar niños, que hay muchos huérfanos en el país, y formar su propia familia. Pese a ello, y conociendo la norma magna, muchas figuras políticas han manifestado su desacuerdo no sólo con la decisión de la Corte, sino con la posibilidad de que los homosexuales puedan adoptar.

Como el magistrado Jorge Pretelt, quien, con ponencia y todo, fue a decir ante la Corte que prohibieran la propuesta; y la indignada senadora del partido liberal Viviane Morales, que, cual demente obnubilada por su causa, se puso a recoger firmas para que los homosexuales no pudieran adoptar.

Esta casa editorial, en más de una ocasión, ha expresado su inconformidad y desacuerdo con quienes ponen obstáculos, respaldándose estudios que ni siquiera son publicados en revistas científicas con evaluación de pares y justificando que intentan proteger los Derechos de los Niños, para impedir  que las personas de la comunidad LGBTI exijan los derechos que, como colombianos, poseen. No creemos que intenten “proteger los Derechos de los Niños”, eso implicaría que ser homosexual es un peligro, no lo es. Eso es homofobia.

Liseth Castillo Mahecha

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