Se han conocido desvíos de dinero que
tenían por objetivo cubrir las necesidades de alimentos en colegios de 13
municipios
Es
indignante la situación aquella en que, no solo debemos aguantar que el sistema
educativo del país sea cada vez más deficiente y mediocre en cuanto a materia
de academia, sino que, además, hay que soportar que los recursos alimentarios
de los estudiantes sean desviados. Esta mediocridad se debe, en parte, a los
pésimos sueldos que se les otorgan a los docentes, pues por más vocación que se
tenga nadie vive del amor al arte, porque el hambre se hace presente en los
hogares colombianos.
De
esta manera, se ha conocido en las últimas semanas que, según declaraciones de
la Defensoría del Pueblo, se han presentado graves irregularidades en el
programa de alimentación estudiantil en más de 13 municipios de los
departamentos del Atlántico, La Guajira y Chocó.
Así,
pues, entre las situaciones más delicadas está la descomposición de los
alimentos que se le brindan a los niños y jóvenes de estos lugares, los malos
manejos de los alimentos en cuanto a higiene, productos de pésima calidad, mala
infraestructura y, como cosa rara, desvíos de los recursos con objetivos
políticos.
Asimismo,
se expresa la ministra de Educación, Gina Parody, en La verdadera alternativa de la radio, diciendo que “Esta es una denuncia muy importante para el
país, nosotros le hemos pedido al defensor que fundemos un frente común por la
alimentación de los niños, ni un peso que vaya a la alimentación de los niños
se puede perder, el gobierno nacional destina casi un billón de pesos para la
alimentación escolar…”
Y
es que el panorama, además de indignante, es preocupante, pues, esta situación no
solo afecta la educación de los estudiantes, sino que, además, su salud, al
recibir alimentos de dudosa procedencia solo porque los políticos quieren
ahorrarse la plata para guardarla en sus bolsillos.
Stephania
Diazgranados Villarreal
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