El encargado de ponerle la
alegría, pasión, dedicación al deporte para obsequiarles miles de emociones al
equipo colombiano y a todo un país. Fue vencido por la única batalla a la que
no se puede huir, la de tener que despedirse para siempre. Hoy los gritos de
victoria y la energía que él tanto poseía se escucharán desde lo más alto,
desde el cielo.
En diferentes medios de
comunicación se han destacado en estos días por recordar los cubrimientos
deportivos y momentos maravillosos del futbolista, boxeador, locutor deportivo,
embajador, beisbolista, senador y demás, que han cautivado a Colombia. Por
ejemplo, cómo olvidar los gritos más emocionantes de la historia deportiva, el
gol de Freddy Rincón a Alemania en el Mundial de 1990; el 5 a 0 de la Selección
Colombia Vs la selección Argentina en las eliminatorias del Mundial de 1994.
“No hay universidad en el mundo
que me haya enseñado a mi narrar fútbol, yo nací así, yo me hice así, no a todo
el mundo se le dan esas facultades”. Edgar Perea aprovechó cada cualidad o
destreza que la vida le colocara a su favor, no tenía límites y arrasaba con
todas las metas que se proponía siempre y cuando estuviera haciendo lo que más
amaba.
Todos sus triunfos se vieron
reflejados, 30 peleas por título mundial, 40 finales de MLB, seis mundiales de
fútbol, cuatro partidos de la NBA, tres juegos olímpicos y un tour de Francia.
Cómo olvidar a este Campeón mundial que nunca se cansó de darle lo mejor de él
a Colombia y el mundo. Es y será un ídolo para el periodismo deportivo y para
siempre quedarán escritas en el corazón todas sus frases. “Sigan siendo
felices, Édgar les dice”.
Marcela Páez
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